WASHINGTON.- Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba iniciarán el próximo 21 de enero en La Habana el diálogo para la normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países tras más de medio siglo de ruptura y enfrentamiento ideológico. La secretaria de estado adjunta para Asuntos Hemisféricos, Roberta Jacobson, encabezará la delegación estadounidense que participará en los llamados diálogos migratorios, que tendrán lugar el 21 y 22 de enero en la capital cubana, anunció la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki. Será la misión de más alto nivel de un diplomático estadounidense en la isla en más de medio siglo. Se trata de una nueva ronda del diálogo migratorio entre Estados Unidos y Cuba, uno de los pocos intercambios que mantenían hasta ahora Washington y La Habana.
El encuentro estaba programado y no es consecuencia del histórico anuncio que hicieron el pasado 17 de diciembre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el presidente cubano Raúl Castro, tras 18 meses de negociaciones secretas, pero ahora, tras el deshielo entre Washington y La Habana, el encuentro adquiere una mayor dimensión.
Jacobson aprovechará la reunión para “lanzar una discusión con el gobierno cubano para la normalización de las relaciones diplomáticas”, explicó Psaki. Los acuerdos migratorios entre Estados Unidos y Cuba, firmados en 1995, tienen como objetivo combatir la migración ilegal y facilitar el flujo migratorio regular de cubanos a EEUU. Los dos gobiernos los realizan de forma regular cada seis meses. La última ronda del diálogo migratorio tuvo lugar en julio de 2014. Washington y La Habana suscribieron estos diálogos migratorios a raíz de la llamada “crisis de los balseros”.
Miles de cubanos llegaron a costas norteamericanas en un éxodo masivo de varios días. Washington concede cada año 20.000 visados a cubanos para facilitar una salida ordenada de la isla, mientras que La Habana acepta la vuelta sin represalias a aquellos que son devueltos por el Gobierno estadounidense.
El gobierno estadounidense ha decidido mantener en secreto los nombres de los 53 presos políticos que integran la lista confeccionada por la administración Obama y que el gobierno de Castro se ha comprometido a liberar en virtud del acuerdo. (DPA)